Las alteraciones por agentes químicos son lo que conocemos como quiebras que pueden tener lugar en el vino de los metales que contiene tanto el vino como la uva.
Las quiebras más comunes que podemos encontrarnos por agentes químicos son la de hierro, o quiebra férrica, y la de cobre o quiebra cúprica. También se pueden producir quiebras de calcio y de potasio. La fase que se ve más afectada es la visual.
La Quiebra Férrica
Normalmente se produce por un exceso de oxigeno o aireación, haciendo que el hierro en forma ferrosa pase a transformarse en hierro férrico que reacciona con los fosfatos y taninos. Si hay exceso aparece turbidez y suele producirse en la crianza con motivo de los trasiegos que airean el vino.
Este defecto lo apreciamos en:
Fase visual: vemos como el vino pierde limpidez y se vuelve turbio. Suelen formarse sedimentos blanquecinos, tanto en vinos tintos como en blancos. O azulados o negruzco en el vino tinto.
La Quiebra Cúprica
Se produce o aparece debido a un exceso de cobre en vinos blancos enbotellados y en ausencia de oxigeno.
El exceso de cubre llega al vino principalmente por tratamientos anticriptogamicos tardíos en el viñedo.
Fase visual: el vino se pierde limpidez y aparecen pequeños depositos pardos.
La Quiebra de las Proteínas
Es un defecto que afecta principalmente a los vinos blancos y rosados. En los vinos tintos con crianza no aparece porque se estabiliza con la madera. Normalmente es debido a la conservación del vino y oscilaciones térmicas.
Fase visual: aparecen hilos blancos.
Precipitacion materia colorante
Es el defecto fisico- quimico más habitual. Suele ocurrir con frecuencia en el vino con el tiempo de estar embotellado que se ve sometido a una perdida de color y la materia colorante poco a poco se vuelve inestable se cristaliza y precipita en la botella.
Fase Visual: pequeños depósitos en la botella de color azulado, o rojizo e incluso anaranjado. Vino más anaranjado, colores teja, no se suelen apreciar las capas de color.