El defecto de madera en el vino es algo relativo. Siempre encontramos a personas que aprecian un exceso de olor y sabor a madera en los vinos. Sin embargo, hay otras tendencias que se posicionan contrarias a tapar los aromas afrutados del vino, los aromas varietales. Últimamente es cada vez más frecuente encontrarnos con vinos la madera mal integrada en el vino.
El vino debe de estar en contacto con la madera los tiempos necesarios para facilitar la integración de madera en el vino. La microoxigenación ayuda al vino a estabilizar el color y la armonía que adquiere el sabor.
Se produce un equilibrio tanto en todas las fases:
- visual: color estabilizado,
- olfativa: aromas según tostado y madera que nos recuerda el coco, chocolate, especias y
- gustativa: con una profundidad volumen y grasa en el vino.
El defecto de madera
Por último, no llevar acabo estos tiempos necesarios, es lo que hace que encontremos vinos, visual vinos turbios, olfativamente aparecen olores a barniz pueden resultar molestos debido a la presencia de acetaldehidos y polifenoles oxidados. y gustativa muy secantes y astringentes.
Por regla general el defecto de madera se ve claramente potenciado por una incorrecta gestión del vino en los procesos de crianza. Normalmente por una exposición elevada del vino al oxigeno que implica un impacto negativo en este. Esto es debido a que se produce un deterioro de los polifenoles y antocionanos dando a precipitaciones de la materia colorante. Con lo que también se pierden notas y aromas frutales del vino.
Se produce la formación de aldehidos que nos dan un abanico de olores que no nos resaltan las virtudes del vino.
También puede afectar las bajas dosis de SO2 durante el proceso de crianza, facilitando la aparición de otros problemas adicionales como la aparición de microorganismos que nos producen olores asociados al defecto de madera.