El whisky es una de las bebidas espirituosas más consumidas y extendidas por todo el mundo. El origen del whisky, como ya hablábamos en Tipos de bebidas espirituosas, se remonta a Escocia e Irlanda, pero en la actualidad, muchos países elaboran sus propias variantes del whisky.
Proceso de elaboración
Ahora queremos contarte un poco más a fondo el proceso de elaboración del whisky. Para empezar debemos saber que hay dos tipos de whisky:
- El whisky de cebada o malteado, el típico de Escocia.
- El whisky de grano, que se puede obtener por selección y mezcla de centeno, cebada y trigo.
Whisky de cebada malteada.
El whisky de cebada malteada es la receta tradicional del whisky por definición, el escocés. Ahora nos vamos a centrar en el whisky de cebada malteada y en su proceso de elaboración.
Lo que necesitamos
Los ingredientes necesarios para elaborar este tipo de whisky son:
- Cebada
- Agua
- Levadura
También necesitamos:
- Un tanque para macerar
- Deposito donde va ha tener lugar la fermentación, que puede ser de madera, o acero inoxidable.
- Alambique, para la destilación
- Barricas de Roble
- Embotelladora.
El proceso paso a paso
En primer lugar lo que se hace es el malteado. Este proceso consisten proporcionar la humedad necesaria al grano seco de cebada sumergiéndolo en agua, para que la cebada se germine. Cuando la cebada tiene la humedad necesaria para poder germinarse, se lleva a cabo un proceso de secado del grano.
Este proceso de secado en la forma tradicional se realiza extendiendo el grano a una temperatura ambiente de 20ºC para que sea la temperatura que hay en primavera, época en la que la cebada se germina de forma natural.
Cuando comienza el proceso de germinado, se produce una serie de procesos bioquímicos en el interior que liberan el almidón que nos va servir para la fermentación. Es este momento cuando el grano de cebada empieza a germinar hay que detener el proceso, y se hace con calor.
En el modo tradicional Escocés, este proceso de secado se lleva acabo en unos hornos. El combustible empleado es de origen vegetal procedente de turba, que el humo que produce va a dar un aroma característico al whisky.
Después de que se ha secado el grano de cebada tiene lugar la molienda. Con unos grandes rodillos se machacan los granos hasta obtener una harina de cebada ya malteada.
Sigue el proceso de la elaboración del whisky con la maceración. Para llevar a cabo la maceración se coloca en unos contenedores agua caliente, y la harina de cebada malteada, así se consigue que se disuelva el azúcar de la harina, para crear el mejor ambiente para poder fomentar la fermentación.
La melaza que se obtiene tras la maceración se escurre bien y se deja enfriando, llevándola a los depósitos para que tenga lugar la fermentación.
En este proceso como siempre que hay una fermentación entran en juego las levaduras, con lo que se obtiene una primera base alcohólica, sobre la que tendrá lugar una segunda fermentación en la que se da un sabor ya característico al futuro whisky.
Al finalizar el proceso de fermentación, damos paso al alambique, donde se va a llevar acabo la destilación de este caldo obtenido.
Se llevan a acabo varias destilaciones hasta obtener un producto idóneo para convertirse en este espirituoso.
Al obtener el destilado correcto, se lleva a las barricas de roble para que produzca el añejamiento. Con este proceso tras pasar un mínimo de 3 años el whisky obtiene un color, sabor y aromas que aportan suavidad al destilado.
Cuando el whisky ya esta listo, solo queda el embotellado y etiquetado para que así puedas disfrutarlo en tu casa o lugar favorito.