Hasta donde sabemos por datos históricos, se considera al hidromiel como la primera bebida alcohólica que ha consumido el hombre. Su consumo está documentado incluso en la Biblia. El hidromiel es el precursor de otras bebidas de nuestro tiempo, como la cerveza y el vino.
Su historia se remonta al 2000 a.C, donde se consideraba que el hidromiel era la bebida de los Dioses. Tanto griegos como romanos, vikingos y bárbaros ya la consumían.
Elaboración del hidromiel
La elaboración, del hidromiel se resume en una mezcla de agua, miel, y levaduras. Tras una una fermentación da lugar a esta bebida con una graduación alrededor de los 12º.
Para elaborar el hidromiel, debemos partir de la miel que posee una gran densidad, estando entorno a 1420, rica en azúcar, sacarosa y también posee en menor medida sales minerales.
Para llevar acabo el proceso de fermentación, debemos preparar un mosto que se pueda fermentar. Para ello debemos diluir la miel con agua, hasta conseguir una mezcla o mosto más manejable. Posteriormente tenemos que añadir un cultivo de levaduras, se emplea Sacharomyces cerevisae igual que en el vino.
Se mantiene esta mezcla en depósitos o barricas de Roble para llevar a acabo la fermentación. Durante le proceso de fermentación del hidromiel tenemos que controlar la temperatura y la humedad. Con ello se consigue evitar posibles alteraciones bacteriológicas.
Tras la fermentación del hidromiel obtenemos una bebida de color pajizo y brillante. Este color puede variar en función de la técnica de elaboración que haya tenido.
El hidromiel tiene unos aromas a frutas blancas maduras, e incluso a frutos tropicales.
Tipos
Podemos encontrar distintos tipos:
- Seco, se deja que las levaduras dejen pocos azucares.
- Dulce, es en el que queda un alto contenido de azúcar residual
- Espumoso, carbónico producido por la fermentación que se lleva a cabo en las botellas, similar a la de los cavas.
- Gasificado, Se le añade una cantidad de carbónico como en los vinos carbonatados.
Cata de hidromiel
La boca del hidromiel resulta semiseca y ligeramente dulce, que nos hace tener un recuerdo a la miel.
En cambio si ha sido madurado en barricas de roble, obtenemos otro abanico de matices, colores más oscuros y una variedad de aromas más complejos.
Es una bebida que podemos maridar con frutos secos o incluso platos agridulces o pescados. También combina perfectamente con pescados y quesos.