En general llamamos té a todas las bebidas que se preparan con hojas (de cualquier planta) y agua caliente. Pero en realidad el tipo de planta que estamos utilizando es lo que nos condiciona si es té o tisana o infusión.
Té o tisana o infusión
- Té: es la bebida resultante de la infusión de las hojas de la planta Camellia Sinensis, es decir, la planta del té. Sólo existen 4 variedades de té: verde, negro, blanco y amarillo. El té rojo y el azul son tés verdes que han sufrido un proceso de fermentación. Necesitan entre 3 y 4 minutos para prepararlos.
- Tisana: elaborados con extractos de plantas, de más de una variedad. Necesitan al menos 15 minutos para estar listas, por lo que sus aromas y sabores son intensos. En sus múltiples variaciones pueden usarse flores, hojas, raíces, bayas y semillas, que se llevan a ebullición junto con el agua que dará la infusión final.
- Infusión: hace referencia al modo de preparación más que a la materia en sí. Va más allá de una bebida preparada a base de plantas. Por este tipo de elaboración podemos diferenciar tres tipos de infusiones:
- Añadiendo ingredientes (frutos u hojas) en agua hirviendo. Se deja reposar unos minutos (según la materia prima) y se filtra después.
- Colocar los ingredientes en agua fría y luego hervirlo todo. Después filtrarlo y se bebe frío o caliente. Es lo que se denomina decocción.
- Reposar en agua fría los ingredientes para que liberen las esencias y den sabor a la bebida. Esta preparación se denomina maceración.
Por lo tanto, las infusiones son la categoría más amplia de las bebidas preparadas a partir de extractos vegetales. Los tés son infusiones pero no todas las infusiones son té.